"Sobre la Fotografía: Objetos melancólicos"- Susan Sontag
"Sobre la Fotografía"
Capítulo 3: Objetos melancólicos
Autor: Susan Sontag
Pag. 77-122
La fotografía se ha conocido como la disciplina "mimética" por excelencia, al igual que una de las más fáciles, y ahora, más accesibles de realizar. Pero esta desde su origen, se puede considerar bastante surrealista.
Desde que se captura la imagen ya se está obteniendo un duplicado de la realidad, una alteración y distanciamiento tanto temporal como social.
Cada interacción que tienen las personas (artistas o no) con la cámara es distinta; las personas van capturando el mundo que ellos perciben y poco a poco esto se va volviendo en una acción casi automática en la que, nuevamente, casi no interviene el artista. Como lo hizo el fotógrafo August Sanders al realizar diversos retratos de personas en distintas situaciones, etapas y clases sociales. Él no se daba cuenta de que al fotografiar a estas personas, el en automático ya estaba describiendo un entorno y contexto al que pertenecerían, porque estos con el paso del tiempo se volverían parte de la historia.
Con cada toma e imagen, el fotógrafo esta capturando para la posteridad un fragmento de lo que es su versión del mundo, lo vuelve algo surrealista y hasta cierto punto personal.
Capítulo 3: Objetos melancólicos
Autor: Susan Sontag
Pag. 77-122
La fotografía se ha conocido como la disciplina "mimética" por excelencia, al igual que una de las más fáciles, y ahora, más accesibles de realizar. Pero esta desde su origen, se puede considerar bastante surrealista.
Desde que se captura la imagen ya se está obteniendo un duplicado de la realidad, una alteración y distanciamiento tanto temporal como social.
Una frase que se me quedo mucho fue "El error de los militantes surrealistas fue imaginar que lo surreal era algo universal, es decir, un ámbito de la psicología, por cuanto resulta ser lo más local, racial, clasista y fechado." Esto es bastante cierto, ya que por lo general uno piensa que su versión de la realidad es la única y que es universal. Pero de cierta forma cada persona tiene un alcance distinto a lo que pasa, lo que consideramos correcto, ético, lo que debemos hacer, etc.
Cada interacción que tienen las personas (artistas o no) con la cámara es distinta; las personas van capturando el mundo que ellos perciben y poco a poco esto se va volviendo en una acción casi automática en la que, nuevamente, casi no interviene el artista. Como lo hizo el fotógrafo August Sanders al realizar diversos retratos de personas en distintas situaciones, etapas y clases sociales. Él no se daba cuenta de que al fotografiar a estas personas, el en automático ya estaba describiendo un entorno y contexto al que pertenecerían, porque estos con el paso del tiempo se volverían parte de la historia.
Con cada toma e imagen, el fotógrafo esta capturando para la posteridad un fragmento de lo que es su versión del mundo, lo vuelve algo surrealista y hasta cierto punto personal.
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